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Entrevista al escritor Félix J. Palma, autor de El mapa del tiempo y El mapa del cielo

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Antes que nada desearía darte las gracias, Félix, por haber tenido la oportunidad de hacerte esta entrevista. Debo decir, en honor a la verdad, que cuando te planteé la idea no dudaste un momento ni planteaste ningún obstáculo, más todo lo contrario, pusiste todos los medios a tu alcance para que se hiciera realidad, y eso te honra.

Empecemos por el principio, ¿A que edad tuviste la firme convicción de ser algún día escritor?.

Desde los catorce o quince años, creo. Empecé a escribir porque era el único modo que tenía a mi alcance de contar una historia, y podría decirse que quise contar historias desde que tengo uso de razón. Recuerdo que cuando veía una película, estaba más atento a las reacciones de mis hermanos o mis padres que a la película en sí. Supe entonces que yo quería despertar esas reacciones en los demás, que nada me haría más feliz en la vida que emocionar a alguien con una historia inventada por mí: hacerle reír, llorar, temblar, suspirar, reflexionar, enamorarse. Sin embargo, yo no tenía ninguna relación con el cine, ni dibujaba lo suficientemente bien cómo para narrar mis historias en viñetas, pero en mi casa había una máquina de escribir.

¿El escritor nace o se hace?.

Nace, aunque debe disponer de ciertas condiciones para hacerse. Es decir, el talento no se aprende, hay que nacer con él, pero sí necesita ejercitarse. Uno tiene que aprender a domesticarlo. Yo tuve la clásica infancia solitaria que me llevó a refugiarme en la lectura y, como consecuencia, en la escritura. Si se me hubiesen dado bien los regates, por ejemplo, habría dedicado las tardes de mi infancia y adolescencia a patear un balón, y no a soñar otras vidas en el papel.

¿Es complicado ganarse la vida en esto de la escritura?, Háblanos de tu experiencia.

Muy complicado, sobre todo ahora, tal y como está la cosa, porque en España hay muy pocos escritores que vivan únicamente de sus libros. Cuando empecé a publicar, allá por el 98, como la gran mayoría, yo vivía de eso que llaman los aledaños de la literatura: artículos, talleres, charlas y sobre todos certámenes literarios. Me convertí en un gran experto en esto último. A raíz del éxito de mi Trilogía Victoriana sí puedo vivir exclusivamente de mis libros, pero han tenido que pasar casi diez años para que tal milagro se produzca y no siempre ocurre. Es algo de lo más curioso, y casi siempre tiene que ver más con la suerte que con la calidad de la obra en sí.

    Una curiosidad, en tus libros firmas como Félix J. Palma, ¿la “J” que significa?

“Jesús”, mi segundo nombre, aunque la verdad es que nadie me llama por él. En realidad, la interpuse como modo de diferenciar mi nombre del de mi padre cuando publiqué mi primer cuento, y no tener así la sensación de que lo había escrito él. Me gustó como sonaba, y ahí se quedó.

Un tema controvertido, ¿que opinas que escritores se autopubliquen sus textos sin que tengan detrás el apoyo de una editorial?

Me parece una respuesta muy valiente y respetable. Yo he tenido la suerte de poder publicar en editoriales, pero tal vez si no hubiera ocurrido así, hubiese tenido que dar a conocer mis obras de otro modo. Muchos dicen que los editores hacen de criba, pero me parece mejor que la criba la hagan los propios lectores.

Si te dieran a elegir entre libro de papel o electrónico, ambos con sus pros y sus contras, ¿por cual te decantarías?.

He de confesarte que no estoy muy familiarizado con el libro electrónico todavía. Me resisto a comprarme un lector, más por ese miedo ancestral a que quede enseguida obsoleto, que por serle infiel al libro de papel. He oído de sus ventajas, y seguramente, con el tiempo, me haga con uno. Pero estoy seguro de que no podré abandonar el libro en papel: me gusta su olor, su textura, cómo ves tus palabras impresas en cada página. No es lo mismo verlo escrito en ebook. Espero que el mercado no nos obligue a escoger entre uno y otro y puedan convivir los dos formatos.

Muchos hablan que la tienda de libros Amazon ha revolucionado el negocio de la venta y distribución de los libros, ¿que opinión te merece al respecto?.

La verdad es que nunca he comprado por Amazon, pero todo lo que ayude a que la gente lea me parece bien.

Hablemos de tus proyectos de futuro, ¿podrías adelantarnos alguna exclusiva?, ¿en qué estás trabajando ahora?

Ahora mismo estoy escribiendo la tercera parte de la Trilogía Victoriana, cuyo argumento girará alrededor de otra novela de Wells, en este caso El hombre invisible, y tratará el mundo del espiritismo.

Hablemos ahora de tu libro “El mapa del tiempo”. ¿Te llevó mucho tiempo el escribirlo?.

Alrededor de año y medio, si mal no recuerdo. Pero escribiendo todos los días, sin descanso.

El eje principal en el que gira la historia de El mapa del tiempo son los viajes en el tiempo. ¿Crees posible que algún día el ser humano será capaz de conseguirlo?.

No soy físico, pero algo me documenté cuando estaba escribiendo la novela. Parece ser que en la teoría, los viajes en el tiempo pueden ser posibles, pero en la práctica es otro cantar, ya que para que puedan darse el universo debería tener unas características que al parecer no tiene. Creo que tendremos que conformarnos con viajar en el tiempo mediante la literatura.

¿Fuiste consciente al escribirlo de que probablemente creaste un nuevo género literario como es la ciencia ficción ambientada en el pasado?. Suena complicado incluso imaginarlo, ¿te resultó difícil encajar las piezas de la historia para que resultase verosímil?.

Era consciente de que estaba escribiendo algo muy distinto a lo que suele escribirse en España, que se parecía más bien a una novela anglosajona, y eso me asustaba, pues temía que el lector la rechazara por ser tan diferente, aunque también tenía la esperanza de que, por eso mismo, la abrazara con entusiasmo. Pero no era consciente de estar escribiendo una novela steampunk, como se la ha etiquetado, a pesar de que es un género que me encanta. Ni siquiera era consciente de estar escribiendo un amalgama de géneros: novela detectivesca, fantástica, histórica, epistolar… Estaba concentrado en plasmar lo mejor posible la idea que tenía en la cabeza, o como dices, encajar las piezas para que resultara verosímil, lo que ya era bastante.

H. G. Wells es el personaje principal de tus novelas “El mapa del tiempo” o “El mapa del cielo”, ¿podrías explicarnos a que se debe?.

A la casualidad. H. G. Wells es uno de mis autores favoritos, y me parece un auténtico visionario. Pero yo no decidí rendirle este homenaje deliberadamente, no lo planifiqué, sino que surgió de casualidad. Tras releer La máquina del tiempo, que tanto me había gustado de niño, me pregunté que habrían sentido los lectores contemporáneos de Wells, dado que vivían en una época donde la ciencia había alcanzado un progreso tan espectacular que parecía poder hacer realidad lo imposible. Y me los imaginé cerrando su novela con la convicción de que los inventores no tardarían demasiado en hacer realidad aquella máquina capaz de moverse por el tiempo como si se tratara de una dimensión espacial más. Me los imaginé pensando ilusionados que en cuestión de meses podrían viajar al pasado o al futuro en un vehículo a vapor, y también me imaginé al propio Wells dudando ante la entrada de una agencia de viajes que ofreciera viajes al futuro. ¿Y qué haría? Era una imagen tan poderosa que decidí escribir una novela partiendo de ella. Y cuando acabé El mapa del tiempo, se me ocurrió otra imagen igual de poderosa: un agente de policía acudiendo a casa de Wells porque en los alrededores de Londres había caído un cilindro marciano, justo como él había escrito en otra de sus novelas, La guerra de los mundos. Y ese es el arranque de la segunda parte, El mapa del cielo. Podría haber escrito cualquier otra historia, pero me lo pasé tan bien con la primera, y vi tantas posibilidades al universo que había creado, que me apetecía mucho convertir a Wells en mi Sherlock Holmes particular, y hacerle vivir varias aventuras relacionadas con su propia obra.

Una curiosidad como Jurista, ¿Tuviste que pedir permiso a la familia Wells, hijos o nietos, para poder utilizar su nombre en tus novelas?.

Una curiosidad como escritor: ¿tendría que haberlo hecho?

No soy especialista en Derechos contra el honor de las personas y la intimidad personal aunque para tranquilizarte te diré que si a estas alturas no has recibido misiva de sus familiares debes quedarte tranquilo.

El mapa del tiempo y El mapa del cielo conforman una trilogía que se ha venido a llamar “La trilogía  victoriana”, ¿se sabe cuando saldrá a la venta el tercer libro?.

Me he propuesto acabarla para el verano que viene, así que supongo que en el 2014.

¿Hay alguna razón especial para que estas novelas, El mapa del tiempo y El mapa del cielo, estén ambientadas en el Londres de finales del Siglo XIX?.

Sin duda. No sé si hubiese funcionado en la actualidad, dado que la gente es más descreído y seguramente hubiese mirado con esceptecismo una agencia de viajes temporales como la descrita en la novela. Además, por mucho que hoy el hombre siga queriendo viajar en el tiempo, fue Wells quien de algún modo verbalizó ese deseo, quien despertó ese anhelo en la sociedad de su tiempo. Por todo esto, me pareció que la novela no podría funcionar en otra época más que aquella. Eso también me permitía usar a Wells como protagonista, algo a lo que no pude resistirme. Aunque debo confesarte que sentí mucho miedo. Si quería que la novela transcurriera allí, yo mismo me obligaba a documentarme sobre la época victoriana y, sobre todo, a pensar como un inglés de finales del siglo XIX. No sabía si sería capaz de ello, pero la idea me atraía tanto que decidí asumir el riesgo.

Si tuvieras la oportunidad de ofrecer un consejo para el escritor que empieza y tiene la ilusión de que le publiquen su libro, ¿que le dirías?.

Que crea en sí mismo, que no desfallezca. Y que lea, aunque suene poco original. Que lea libros que incluso no le gusten, que se nutra de lecturas lo más variadas posibles.

Ya para finalizar te propongo un juego, te diré diez palabras y tendrás que contestarme brevemente lo primero que se te venga a la mente, ¿comenzamos?.

– Escritor: Sueños.

– Libro: Diversión.

– Políticos: Aburrimiento.

– Dios: Escritor.

– Televisión: Anuncios.

– Toros: Brutalidad.

– Wells: Visionario.

– Amistad: Cerveza.

– Madre: Ternura.

– Padre: Admiración.

Ha sido para mí un honor y un enorme placer hacer esta entrevista al escritor que probablemente más me haya impactado en la última década. Muchas gracias por tu tiempo, por tu amabilidad y cercanía, y por compartir con todos nosotros esta experiencia.


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